La asesoría del notario después de la escritura de constitución: cómo te puedo seguir ayudando
Hace unos años, vinieron a mi despacho dos chicos muy jóvenes que iban a montar una pequeña empresa de mensajería y querían constituir una sociedad de responsabilidad limitada. Les fui informando de los pasos a seguir y, en un breve espacio de tiempo, otorgaron la escritura de constitución. Me acuerdo que, cuando se marcharon, me agradecieron la ayuda prestada y me preguntaron si nos volveríamos a ver. Desde entonces, son muchas las veces que han venido a mi oficina a firmar documentos de distinta naturaleza y a consultarme diferentes cuestiones relacionadas con el día a día de su empresa.
Y es que en nuestros despachos, muchos de nuestros clientes son sociedades. La labor de asesoramiento del notario no acaba con el otorgamiento de la escritura de constitución, sino que éste es solo el principio de una estrecha relación. La sociedad nace con el otorgamiento de la escritura de constitución; y luego crece, se desarrolla, se relaciona con terceros, puede multiplicarse o dividirse y, en algunos casos, puede terminar; por lo que tu notario te puede seguir ayudando a lo largo de toda la vida de la sociedad. Veamos algunos ejemplos.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que las sociedades son uno de los protagonistas principales del tráfico jurídico y económico de nuestro país, que se relacionan con terceros y celebran contratos con ellos, por lo que el notario te puede ayudar en la formalización de toda clase de contratos, ya sean civiles, mercantiles o de cualquier otro tipo. Así, una vez constituida la sociedad, lo primero que vinieron a firmar mis jóvenes clientes, ya como administradores de la sociedad, fue una póliza de préstamo con una entidad bancaria para comprar una furgoneta.
El notario te puede asesorar en la firma de los documentos necesarios para la financiación de la sociedad: pólizas de crédito, préstamo, descuento y anticipo de efectos, leasing etc.; teniendo en cuenta que además, en muchos de estos casos, los socios firman como fiadores o avalistas de la sociedad. Luego, también les asesoré en la adquisición de un local donde instalaron la oficina de su empresa y guardaron las furgonetas. Para ello, primero formalizaron un contrato de arrendamiento con opción de compra y transcurridos tres años, ejercieron dicho opción y adquirieron la propiedad del local.
Por otra parte, la propia dinámica de la sociedad también requiere en muchas ocasiones de la ayuda de tu notario, que te puede asesorar para adecuar la sociedad a las necesidades de cada momento. Con frecuencia, en nuestros despachos se otorgan escrituras de modificación de los estatutos sociales. En algunos casos, son trámites muy sencillos como los derivados del traslado del domicilio social o la ampliación del objeto social; y otros pueden ser más complejos como los aumentos o reducciones de capital social, con sus distintas variantes. Y luego están aquellas modificaciones que pueden afectar a la propia estructura de la sociedad como transformaciones, fusiones y escisiones. También es muy frecuente que el órgano de administración otorgue un poder general a favor de una persona; y en este sentido os recomiendo la lectura del post de mi compañera María del Mar Ascaso sobre las diferencias entre un administrador y un apoderado general.
Otra materia en la que el notario presta su labor de asesoramiento es la relativa a las relaciones entre la sociedad y los socios. Son muchas las escrituras que se firman de compraventa de acciones y participaciones sociales, que conllevan una modificación del órgano de administración con cese de los antiguos administradores y nombramiento de nuevos. También podemos acudir a levantar acta de Juntas Generales de Socios o requerir, a instancia de socios minoritarios, al órgano de administración para que convoque Junta General.
Finalmente, muchas de las consultas que se nos plantean en los despachos son las relativas a la transmisión de la empresa familiar, como ha tratado en otro post mi compañero Carlos. Y por último, si la empresa ya no te sirve, el notario te puede ayudar en su disolución y liquidación, como muy bien explica mi compañero Manuel Ignacio en otro artículo.
En conclusión, el notario te puede ayudar y asesorar a lo largo de toda la vida de tu sociedad, y no solo en el momento de su constitución; por lo que no dudes en acudir a él para que te informe y asesore en cualquier tema relacionado con ella.
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