Quiero favorecer a uno de mis hijos en el testamento, pero no quiero que mi familia se entere. ¿Está mi confidencialidad a salvo?
SIN DUDA. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los protocolos (documentos que se firman en la notaría) son SECRETOS.
Siempre he tenido en cuenta que, como notario, conocer cuál es la última voluntad de una persona al hacer testamento es uno de los actos más delicados, íntimos y confidenciales que realizamos, en el cual además de actuar como notarios, muchas veces también lo hacemos como confidentes. Nos esforzamos al máximo para que la persona que lo realiza vea plasmada su voluntad, se quede tranquila y salga de nuestro despacho sin duda alguna.
El secreto profesional es una de las bases fundamentales de nuestra labor diaria, que no sólo nos incumbe a los notarios sino también a nuestros empleados y se extiende a todos los documentos que se realizan en una notaría, así como a todos aquellos hechos que conozcamos por razón de nuestra profesión.
El derecho a obtener copia de las escrituras u otros documentos firmados ante notario es un derecho restringido y para lo cual hay que acreditar tener interés legítimo en el documento o ser uno de los otorgantes. No obstante, eso no impide que si alguna disposición legal o un proceso judicial nos lo exige tengamos que facilitar una copia del documento, pero los notarios siempre preservamos y respetamos escrupulosamente el derecho a la intimidad de las personas.
Por otro lado, en el caso que se plantea, la copia de un testamento sólo la puede obtener en vida el otorgante o un apoderado especial, con lo que hasta que no fallezca el testador no tendrán derecho a obtener copia del mismo los interesados en la herencia. Así que, si uno no se lo dice a nadie, nadie lo sabrá, y su voluntad está a salvo de curiosos o entrometidos.
Lo último a tener en cuenta es que, dependiendo de la vecindad civil de la persona que haga el testamento, la manera en la que uno puede favorecer a uno o varios de los hijos o descendientes varía, por lo que lo más aconsejable es acudir a la notaría a que se resuelvan todas las dudas, siempre con plena garantía de que “LO QUE SE HACE EN LA NOTARIA, SE QUEDA EN LA NOTARÍA”.
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